Empecé a correr el 4 de septiembre de 2009. Recuerdo a la perfección ese primer día porque fue agónico, un infierno, y varias veces llegué a pensar que me iba a dar algo. Me faltaba el aire, estaba roja como un tomate, notaba mi pulso en la garganta y me dolían hasta las pestañas. Después de quince minutos de trote y hacer unas cuestas, una vez más estaba dispuesta a tirar la toalla. Estaba claro. El atletismo tampoco era lo mío. Pero en el grupo de runners al que me había apuntado había corredoras más expertas y al terminar les pedí consejo. ¿Seré capaz de hacerlo? y la respuesta fue unánime: “Lo lograrás. Todas hemos empezado como tú”. Así que a los dos días, decidí acompañarlas de nuevo.
Y, desde entonces, son muchos los kilómetros recorridos y las experiencias acumuladas. Hoy las recojo en un libro: Mujeres que Corren (Temas de Hoy, 17,90 €) que estará disponible en librerías de toda España y también en formato ebook.
Si aquel 4 de septiembre me hubiesen dicho que pondría en marcha el primer movimiento social de running femenino 2.0, que escribiría un libro sobre la materia y que correría un maratón me habría dado la risa floja.
Y aquí estoy hoy. Hablando de mi libro, organizando el segundo running tour de mujeres que corren y a punto de correr mi primer maratón en Londres. ¿Quién dijo imposible?
Éste es mi manual de running, el libro que a mí me hubiese gustado leer cuando empecé a correr. Pero no está pensado sólo para las que se inician también para aquellas que ya tienen el hábito afianzado pero quieren ir un poco más allá: ejercicios de fuerza, estiramientos, recetas para runners, manual de belleza y de shopping para mujeres que corren. Trucos y más trucos, pero también muchas reflexiones sobre todo lo que he aprendido estos cuatro años. Porque correr me ha enseñado mucho de mí misma.
Además también recoge las historias de otras mujeres que me inspiran y que de forma tan generosa han querido compartir su historia de amor con el running.
Quiero que en este blog podáis compartir vuestra historia para que anime a otras a calzarse las zapatillas o a seguir quemando kilómetros siempre con una sonrisa. Tal y como a mí me inspiraron mis amigas del club de atletismo de Paracuellos de Jarama aquel mágico 4 de septiembre.
Hoy arrancamos con la historia de Loli Cobos. Si quieres compartir la tuya no dudes en escribirnos a [email protected]
«Cómo pasa el tiempo, ya hace más de un año de aquel 1 de febrero de 2013. El día que marcó una diferencia, un antes y un después….siempre lo digo y es verdad. Ese día fue la primera quedada de Mujeresquecorren. En mi caso, justo me había iniciado hacía bien poco en la carrera. Mi cuñada vive en Paracuellos y me habló justo del Club de Atletismo de allí, casualmente dónde comenzó Cris. Había comenzado a correr y me animé a hacerlo en solitario. Durante el verano había practicado natación y el resto del año acudía al gimnasio para algunas clases colectivas.
Soy médico y siempre he valorado muy positivamente la actividad física, evidentemente reporta beneficios físicos pero también psicológicos. El problema es la supuesta falta de tiempo, la priorización del trabajo y de otras tareas que hacen relegar la actividad física a un 2º ó 3º plano del resto. Este es el problema de la mayoría, la intención existe e incluso la motivación pero a la hora de la verdad no conseguimos el hábito por no priorizarlo y ponerlo en su justa medida dónde en realidad debe estar, EN NUESTRA VIDA CASI DIARIA.
Sí, así es. Si de verdad queremos una vida plena y sana, es necesario que al menos 3 veces a la semana realicemos una actividad física moderada ó caminemos todos los días ó nos mantengamos activos en nuestros actividades del día a día, evitando ascensores, caminando para acercarnos a la compra, a recoger los niños etc. Gracias a mi cuñada, empecé a correr. Como vivo en Getafe, lo hacía en solitario. Recuerdo la primera vez fueron15 minutos agónicos, llegué completamente encendida a casa, pensando que el correr es deporte de unos pocos. Que el gym, step, aerobic, elípticas se lleva muy bien, pero correr es otro nivel, difícil e inalcanzable.
Aún así, soy muy constante y disciplinada y decidí seguir adelante. Mis reuniones y días enteros sentada frente a un ordenador eran agotadores. Necesitaba realizar actividad física y la falta de tiempo me impedía acudir al gimnasio con la regularidad que quería y a las horas de las clases que me gustaban. Empecé a correr en cinta, el invierno es duro y por la noche sinceramente no me gustaba salir a correr sola. Aunque era constante, se me hacía bastante duro, aún así seguí adelante y conseguía hacer mis 30 a 45´´de cinta sin parar, pasando calor y con sensación de cansancio.
Hasta que un día…voilá!!! Cris nos invitaba a quedar, sí a todas. Sería el 1 de febrero. Todas las que quisiéramos estábamos invitadas!!! Las que nunca habían corrido, las novatillas, las constantes y las pro!! Y no sólo eso, vendrían Tamara y Amaya Sanfabio, dos corredoras profesionales que nos ayudarían a aprender técnica de carrera y harían grupos por niveles. ¡Qué gozada!
No me lo podía perder!! Era una ocasión única. Pero aún había más!! Cris apoya el “Proyecto Corre” de la Fundación Uno Entre Cien Mil. Cuándo revisé el proyecto y la página web de la fundación me causó un gran impacto emocional. Me cautivó. Es un proyecto precioso. Nace del amor, de la lucha y el empeño por hacer un mundo mejor. La investigación de la leucemia infantil es fundamental y teníamos que apoyar este proyecto.
Este día lo marqué en mi agenda. Tenía que organizarme bien para que me diera tiempo a llegar a la salida del trabajo, ir a casa, cambiarme y llegar…uff.. no me lo quería perder, así que llegué en taxi y antes de tiempo. Cuándo llegué al Paseo de Coches era muy pronto en realidad, con más vergüenza que otra cosa me acerqué y vía a 5 chicas muy sonrientes con bolsas y papeles, atareadas. Cris hablando por teléfono…nerviosas pero muy sonrientes..es lo que más me llamó la atención, todo el rato sonriendo. Muy acogedoras.
Por supuesto, allí estaba Eva M…Evita, qué rica, con cámara en mano inmortalizándonos a todas. No paró de hacer fotos de animar y de sonreir. Me quedé alucinada cuándo colgó semejante cantidad de fotos en Flickr.
Enseguida me dieron las gracias por venir y me preguntaron mi nombre. Estaban encantadas. Empezaron a llegar más y más chicas y con todas igual. Nos empezamos a presentar todas y el ambiente iba caldeándose. Algunas venían solas, otras en grupo, eran amigas de siempre, otras nos conocíamos por primera vez. Allí estábamos todas. Con nuestro dorsal de Uno Entre Cien Mil bien visible. En casa estuve buscando imperdibles que no encontraba y que ahora ya no faltan nunca, después de tantas carreras jaja
Allí conocí a Sonia, Geli, Begoña y muchas más!! Qué majas todas. Pronto hicimos los grupos, las de no he corrido nunca pero quiero intentarlo, las que ya corren 5 K y las que corren 10K ó más. Yo me uní en el grupo intermedio, el de Amaya Sanfabio. La verdad es que lo pasé regular, era la primera vez en tiempo que salía a correr a la calle, sentía el frío y el ritmo era alto, pronto empecé a notar el cansancio y la falta de aire…me fui quedando colgada pero tenía miedo a perderme y a lo lejos seguía a las que íbamos ya en solitario. Me dije que tenía que acabar sí ó sí…al final éste ha sido mi sino, mis ganas de luchar a pesar de los obstáculos, esto nos hace crecer y es el motor de la vida, seguir y seguir.
Al final la vida y la carrera son muy similares. En ambas hay días buenos y no tan buenos. Días en los que te comerías el mundo y otros en los que el mundo te come a ti. Días en los que sales con mucha fuerza y se va apagando, o que parece que no vas a poder y al final remontas e incluso terminas mucho mejor de lo esperado. En cualquier caso, como en la vida, terminas diciendo que ha merecido la pena de cualquier forma estar un día más luchando por lo que realmente quieres.
Aquella tarde fue el comienzo de la marea Mujeres que Corren. Ya teníamos ganas de la siguiente y la siguiente…de vernos las caras, de animar a más chicas a empezar a correr, que si se quiere se puede, que cuentan con muchas más, que a pesar de las vicisitudes, obligaciones, horarios, podemos sacar un ratito para correr, que es bueno, es sano, que nos comunicamos, nos contamos historias y vamos a casa “más contentas que unas pascuas”. Y que defendemos una causa superior una ayuda a un proyecto precioso.
Desde entonces, nos hemos visto muchas veces, quedada tras quedada, incluso algunas fuera de Madrid con el Tour Mujeresquecorren. Hemos hecho amigas, hemos quedado en otras carreras, hemos priorizado la carrera entre nuestras actividades diarias, entendemos que es muy beneficioso aunque sea un ratito y que todas podemos hacerlo, que contamos con el resto. También hemos conocido otros grupos de corredores. Hemos ido a otras quedadas solidarias, sobre todo a la de nuestros queridos Drinking Runners, y todo nos lo hemos contado por Twitter. ¿Qué más se puede pedir? Y todo eso desde aquel 1 de febrero de 2013.
Loli Cobo